Autor: Albert Cortina

Un estudio reciente realizado por el Think Tank RAND Corporation simula una probable guerra entre Estados Unidos y China. Esta institución, que tuvo un peso importante durante la guerra fría, ha diseñado posibles escenarios de conflicto bajo el lema de “pensar en lo impensable”.

Por su parte, el Papa Francisco ha advertido en reiteradas ocasiones que en la actualidad puede hablarse ya de una tercera Guerra Mundial híbrida combatida “por partes”, azuzada por la codicia y por otros intereses espurios, y permitida por una suerte de indiferencia cainita como la que consintió otras atrocidades en el pasado.

Y es que en estos momentos crece la posibilidad de una guerra regional que involucre a Rusia en defensa de Siria y de sus fuerzas desplegadas en ese país árabe aliado. Según diversos expertos  en geopolítica, el conflicto podría iniciarse por acciones ofensivas aéreas contra el Estado Sirio por parte de EEUU y/o de aliados de Washington como Israel y Turquía. En ese escenario complejo, parece que por el momento Rusia trata de evitar una guerra con EEUU, Israel, Turquía y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y con los Países Árabes del Golfo Pérsico. Por ahora las fuerzas aeroespaciales de Rusia intervienen de una forma controlada probablemente para no precipitar una guerra que podría convertirse rápidamente en regional, e incluso en mundial, al poder extenderse al Cáucaso, a la Europa Central y del Este, a Asia Central y a la península de Corea.

Son pocos los que hoy en día están gritando “NO a la tercera Guerra Mundial”. Al contrario, tal y como afirma el filósofo Jordi Pigem, “el Titanic se está hundiendo, y la gente se pone a cazar Pokémons en cubierta”.

Sin embargo, a pesar del escenario geopolítico tan preocupante, la ideología transhumanista irradiada globalmente desde su epicentro en Silicon Valley (California) y concretamente a través de la Singularity University promovida por Google, la Nasa y otras corporaciones tecnológicas y centros de investigación mantiene su promesa de un futuro que avanza inexorablemente hacia la “Singularidad”, concepto acuñado por el visionario Ray Kurzweil. Gracias a la convergencia y disruptividad de las tecnologías exponenciales NBIC (Nano, Bio, Info, Cogno) los transhumanistas creen que la humanidad podrá iniciar una prolongada era de Superbienestar, Superlongevidad y Superinteligencia. A partir de esos tres pilares básicos de la revolución transhumanista dicho movimiento pretende construir una sociedad en la que convivan seres humanos, transhumanos y posthumanos, engendrados y/o diseñados de forma diversa según su grado de interacción e integración del cuerpo y la mente humanos con las biotecnologías emergentes.

Debemos estar alerta frente a las propuestas del transhumanismo ya que nos anuncia un nuevo orden mundial en el que los ciudadanos, de forma obligatoria o voluntaria, conectaran sus mentes a una Superinteligencia artificial estructurada en forma de “mente colmena”. Esa hiperconectividad puede derivar, según la ordenemos actualmente, en una mayor inteligencia colectiva y por lo tanto, en una noocracia democrática, o bien en un cibertotalitarismo atroz si estructuramos esa Superinteligencia en forma de organismounico  global.

¿Qué escenario de futuro nos espera? ¿Vamos directos hacia una tercera Guerra Mundial que puede conllevar la destrucción de nuestro modelo de civilización? O bien, ¿estamos iniciando la primera Revolución de la Inteligencia, con el advenimiento cercano de la denominada “Singularidad” tecnológica que nos conducirá a una nueva era de abundancia y bienestar?

Algunos ideólogos y estrategas piensan que resulta inevitable una primera etapa de caos y de grandes tribulaciones provocadas por una guerra global. Dicha conflagración tendría como consecuencias inmediatas la reducción drástica de la población del planeta y la destrucción total del orden mundial vigente y de sus actuales instituciones. Tal vez entonces crean posible alzar -como nueva Torre de Babel -, esa sociedad posthumana donde unos pocos podrían gozar de las promesas del Superbienestar, la Superlongevidad y la Superinteligencia.

Desde nuestro concepto de civilización democrática basado en un humanismo integrador y avanzado, que garantice la libertad y la dignidad de las personas, no podemos estar en absoluto de acuerdo con esos escenarios de futuro que algunos nos auguran como inevitables. Por ello debemos reaccionar a tiempo y sumar cada vez más voces a favor de la paz y de nuestra condición plenamente humana.

ALBERT CORTINA. Abogado y urbanista, es coautor de “¿Humanos o posthumanos?

www.fragmenta.cat/es/fragmentos/cataleg/fragmentos/356422

Barcelona, 18 de agosto de 2016

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(Barcelona, 1961) es abogado y urbanista. Impulsa un HUMANISMO AVANZADO para una sociedad donde las tecnologías exponenciales estén al servicio de las personas y de la vida, y no al revés. En este sentido, promueve la integración entre ciencia, ética y espiritualidad. Cree que conectar el cerebro con el corazón es un magnífico camino a recorrer. A partir de esa cosmovisión, se dedica a capacitar a las personas mediante la INTEGRACIÓN de la responsabilidad tecnológica, ambiental y social, desde los principios y valores de una ÉTICA UNIVERSAL aplicada a los desafíos del futuro y a la innovación para el desarrollo sostenible. Su principal vocación es ser mediador, facilitador, tender puentes y gestionar de forma integrada ideas, valores y proyectos a favor del BIEN COMÚN. Como director del Estudio DTUM (acrónimo de Derecho, Territorio, Urbanismo y Medio Ambiente), se dedica desde hace más de veinticinco años a la ordenación de la ciudad y del territorio, a la preservación de los espacios naturales, a la custodia de la biosfera y a la intervención y gestión del paisaje. Es consultor en inteligencia ambiental y en ecología integral. Imparte docencia y realiza investigación sobre ética aplicada al urbanismo y a la ordenación del territorio en la Universidad Autónoma de Barcelona, en la Universidad Politécnica de Cataluña y en otras universidades y centros de investigación. Personalmente cree que la trascendencia nos configura como seres humanos y por eso cultiva su interioridad y su inteligencia espiritual mediante la conversión del corazón. Actualmente focaliza su atención en la preservación de la CONDICIÓN HUMANA, desde una antropología que priorice el desarrollo integral de la persona, con el objetivo de capacitarnos para esta sociedad biotecnológica y para la revolución de la inteligencia artificial. Coautor y coordinador, junto con el científico Miguel Ángel Serra, de la trilogía de libros ¿HUMANOS O POSTHUMANOS? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano (Fragmenta, 2015), HUMANIDAD∞. Desafíos éticos de las tecnologías emergentes (EIUNSA, 2016) y SINGULARES. Ética de las tecnologías emergentes en personas con diversidad funcional (EIUNSA, 2016). Es también autor del libro HUMANISMO AVANZADO para una sociedad biotecnológica (Teconté, 2017).

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